jueves, 6 de diciembre de 2012

Ricardo Luque - Repensar la Universidad más allá de las competencias


Repensar la Universidad más allá de las competencias

 César Ricardo Luque Santana

 

Opinar desde afuera sobre la Universidad Autónoma de Nayarit resulta difícil y aventurado cuando uno no está inmerso en su vida cotidiana, aunque ello no impide tener un conocimiento relativamente aceptable de la misma, pues  indirectamente se mantienen lazos que proporcionan información valiosa de ella:  a través de los hijos que estudian alguna carrera universitaria u otros familiares o conocidos que laboran en esta noble institución, de las pláticas de sobremesa entre amigos, y ocasionalmente, de los comentarios que se leen o escuchan en distintos medios, todo lo cual permite hacerse una idea general. Empero, quienes tenemos el privilegio de ser docentes universitarios, podemos tener un conocimiento más estrecho, vivencial, disponiendo de una diversidad de fuentes más especializadas y de una mejor interlocución, lo que nos permite en teoría tener una visión más sistemática y reflexiva del “modelo” universitario que se está implementando desde que comenzó la llamada Reforma Universitaria a inicios de la década pasada, siempre y cuando seamos lo suficientemente maduros y abiertos para juzgar integral e imparcialmente.

  En ambos casos es aconsejable procurarse mayores elementos de juicio para arribar a una valoración más justa, tratando de ver el fondo del asunto sin dejarse impresionar por los cambios que se observan a simple vista en la superficie. Esto significa que una vez que se conocen aspectos más concretos del proyecto y funcionamiento de la Universidad, se tiene una mejor idea de sus logros y de lo que se pretende construir. Sin embargo, es necesario ir más allá de la versión oficial contrastando sus posturas y justificaciones con otras experiencias y perspectivas de signo contrario, pues de esa manera se estará en mejores condiciones para hacer un análisis más reposado pasando por un tamiz crítico las diferentes tesis y antítesis para arribar a una síntesis o verdad.

  Lo primero que habría que decir es una obviedad: no podría verse la educación sin tomar en cuenta el contexto de globalización neoliberal que ha permeado todos los aspectos de la vida social y política bajo el dominio del factor económico, dominio avasallador que se resume en la frase “es la economía estúpido”, empleada por los políticos estadounidenses en la era de Clinton. Con este eslogan pretendían subrayar que para ellos todo se reduce al factor económico, al punto de que “todo lo sólido se desvanece en el aire” como dijera Marshall Berman siguiendo a Marx, a quien paradójicamente los neoliberales le dan la razón de la centralidad de la economía, cuando otros lo descalificaban por “economicista”, esto es, supuestamente por exagerar el papel de la economía en la configuración de la sociedad capitalista. En contrapartida a esta “exigencia” mercantilista de ceñirse a las necesidades económicas, la Universidad debería decir que su obligación primaria y fundamental es con la verdad y la razón.

  Así entonces, el interés estratégico que normalmente tiene el Estado en la educación no es la excepción ahora y menos cuando éste se encuentra secuestrado por los intereses del gran capital, el cual ha venido ha socavar y pervertir su función original de salvaguardar la viabilidad de la comunidad impidiendo mediante el derecho que los intereses de unos cuantos atenten contra ella. La “mano invisible” de Adam Smith no suponía dejar la sociedad al garete de los vaivenes del mercado en su faceta de capitalismo salvaje, pues él pensaba, al igual que otros liberales ilustrados de la modernidad, que la fórmula “menos Estado más Sociedad” consistía en que éste no ahogara los impulsos creativos de los individuos que permitían generar progreso, pero en modo alguno significaba permitir manga ancha para que la codicia de unos pocos deteriorara severamente el tejido social sustituyendo la tiranía del Estado por la tiranía del mercado.

  La educación ha corrido una suerte paralela al Estado cayendo víctima de los mismos chantajes, lo cual se muestra claramente al transformarla sin rubor de un derecho humano en una mercancía. Estos son los aspectos que habría que tomar en cuenta al pensar la Universidad y no abstractamente los indicadores que se usan para condicionar los apoyos públicos a los institutos de educación superior que deberían de gozar de la más amplia libertad sin mayores sujeciones que a sus propios parámetros académicos, pues esta obsesión fetichista por los indicadores está llevando a prácticas antiacadémicas deleznables de simulación de algunas instituciones que “preparan” o “entrenan” a sus estudiantes para pasar exámenes de las evaluaciones oficiales (como sucede abiertamente en escuelas de educación básica) y, satisfacer así dichos indicadores, en vez de proporcionarles aprendizajes significativos y duraderos. Asimismo, existen académicos que se limitan a hacer las actividades que les permiten acceder a los estímulos económicos incurriendo en conductas deshonestas o simuladoras  actuando como mercenarios, sin que sus logros personales se reflejen necesariamente en un mejor aprovechamiento de sus estudiantes o en beneficios significativos para la sociedad.

   Por eso creo que no hay que fiarse de las apariencias, pues si bien desde hace mucho tiempo nuestra Universidad goza de estabilidad política, donde los conflictos no alteran las actividades académicas, con docentes con mejores perfiles en términos de tener niveles de posgrado, más publicaciones, una vida académica más intensa y más dinámica, etc.; es necesario no dejarse llevar por las supuestas bondades que el nuevo “paradigma” de las competencias educativas ha traído, sino examinar detenidamente sus ventajas y desventajas, pues es sabido que este nuevo diseño no lo hicieron expertos educativos, ni los propios educadores, sino los oligopolios financieros. En este sentido, he visto  algunos profesores entusiasmados con este “modelo” sin preguntarse su origen y su finalidad, denostando acríticamente la llamada educación “tradicional” sin reparar en sus fortalezas, despachándola sin más como mera obsolescencia.

   Hoy por ejemplo, los mismos impulsores del “modelo por competencias”, o como le quieran llamar, reconocen que antes un egresado universitario tenía buenas expectativas de empleo, pero que hoy lo que priva es la incertidumbre; y sucede que se dice que “antes” no se vinculaba la educación a las “necesidades” sociales (o sea, del mercado), mientras que hoy que se forma o adiestra a los chicos para el mercado laboral, éste es incapaz de absorberlos; lo cual hace pensar que no era en sí el modelo educativo el que fallaba, sino que la sociedad actual, bajo la égida neoliberal, se ha vuelto socialmente más excluyente, con todo los males que ello representa. Lo peor es que se hace tanto énfasis en el aspecto técnico o instrumental de la formación profesional relegando o suprimiendo la formación humanística y ciudadana,  que este joven desempleado (que tal vez nunca tenga un trabajo remunerado estable que le dé certidumbre para realizar sus proyectos personales como tener una familia) está desarmado para ser un ciudadano crítico y participativo en su comunidad, a la vez que agraviado y resentido, lesionándose con ello la reserva moral que anida en la sociedad ante un mundo que se vuelve cada vez más egoísta y despiadado.

   De este modo, se exime a este sistema social propiciador de asimetrías e injusticias de su responsabilidad, trasladando ésta a las personas en cuanto individuos. Con ello le dicen a la gente que no es culpa del sistema el fracaso personal porque el éxito es responsabilidad de cada quien, cuando éste por definición está reservado a unos pocos y casi siempre se obtiene por medios no éticos. Los promotores a ultranza de este modelo que sirve deliberadamente y casi exclusivamente al mercado, esto es, a los intereses mezquinos de una minoría opulenta, hacen una lectura  naturalista de la sociedad, como si la inequidad, el abuso, el autoritarismo apenas disimulado, las injusticias, la pobreza galopante, etc., fueran algo dado, eterno, natural, mas no algo devenido históricamente como realmente ocurre, pretendiendo cancelar con esta visión (falsa y parcial), la posibilidad de un mundo alternativo deseable y posible.

   Hay que revisar críticamente cuánto hay de engaño e iniquidad en muchas de las supuestas “bondades” de este “modelo” que no sólo se limita a proporcionar mano de obra barata al mercado, sino que genera una ilusión de libertad y progreso casi inexistente para la mayoría de las personas facilitando su dominio mediante la enajenación. No es casual que ante tanta miseria e ignorancia, haya tanta avidez por la charlatanería de la literatura light de “superación personal”, conferencias motivacionales, cursos de “desarrollo humano” o “programación neurolingüística”, y desde luego, una emergencia preocupante de sectas irracionales de toda laya.

   Sé que mis comentarios e inquietudes pueden incomodar a algunos porque suenan como políticamente incorrectas, pero prefiero dar esa impresión que actuar hipócritamente dejándome llevar por la inercia o el oportunismo de abrazar modas académicas sin cuestionar su origen y sentido. Tal vez me digan que debo conocer más a fondo  la propuesta del nuevo paradigma educativo, pero yo digo que también hay que escuchar con la misma atención a las voces que lo critican.

   En lo personal, me parece que instituciones como la Universidad no deben estar condicionada por intereses extracadémicos, sino que debe gozar de la más amplia libertad de pensamiento de manera que sus beneficios se darían por añadidura, además de que se corre el riesgo de terminar uniformando a todas las carreras profesionales sin considerar sus diferencias sustantivas que las enriquecen, aplicando indiscriminadamente criterios que bien pueden tener sentido en unas ciencias pero no otras. Por ejemplo, hablan del cambio del paradigma de la enseñanza al aprendizaje convirtiendo al profesor en “facilitador”, cuando lo correcto es ver a ambos polos dialécticamente. En este tenor, subrayan la forma, los procedimientos, minimizando los contenidos, sin reparar que no todas las ciencias sufren cambios tan vertiginosos por igual. Decir que hay que “des-aprender” constantemente para volver “aprender”, tiene sentido en aquellas profesiones cuyos usos de las tecnologías son muy fuertes y sus contenidos efímeros, como en informática y otras disciplinas que dependen en buena medida de dichas tecnologías, pero no en las ciencias sociales y humanas cuyos conocimientos son más estables, profundos y duraderos,  lo cual no las hace mejor ni peor que otras ciencias, sino diferentes en virtud de su objeto. Entonces, ¿por qué pretender medir a todas las carreras con el mismo rasero?, ¿por qué condicionar las investigaciones con criterios de “rentabilidad” o provecho inmediatista castigando a ciencias básicas como la física teórica o la filosofía que tanto le han dado a la humanidad?

   Hay que repensar la Universidad despojándose de prejuicios y de actitudes cínicas como decir que “no hay de otra” porque si no se acatan las disposiciones y reglas impuestas por los empresarios y las autoridades educativas, no hay recursos económicos, aceptando con este tipo de “respuestas” que no se tiene la razón, sino que se asume una actitud convenenciera y por ende antiacadémica. Los universitarios son o deben ser la parte pensante y crítica de la sociedad, no meros autómatas u oportunistas que se dejan chantajear o enajenar por el canto de las sirenas. La verdadera “rendición de cuentas” de los universitarios no es someterse a las necesidades del mercado, sino al conocimiento en sí mismo, a la razón y la verdad, porque sólo ésta actitud es lo que nos hace dignos y la que contribuye significativamente con la sociedad.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Ricardo Luque - Aprueba el Congreso de Nayarit el artículo 24 en materia religiosa



Aprueba el Congreso de Nayarit el artículo 24 en materia religiosa


 César Ricardo Luque Santana
 

 Se aprobó la “reforma” al artículo 24 constitucional en la Cámara de Diputados durante su segunda sesión del día. Ante iracundos ciudadanos principalmente evangélicos que gritaron consignas e improperios a los diputados locales, e irónicamente, en la sala Benito Juárez y ante una imagen gigante del benemérito de las Américas, quien tuvo el valor en su época de enfrentar los intereses monopólicos de la Iglesia católica y lograr la separación entre Iglesia-Estado para modernizar el país sacudiéndose el lastre de la mojigatería mediante la implantación del Estado laico, los diputados del PRI y Nueva Alianza que votaron en contra, más los del PAN que se abstuvieron, obedeciendo todos ellos más a “las consignas que les dan sus jefes políticos que a las lecciones que nos brinda la historia”, como dijo contundentemente el diputado Miguel Ángel Arce Montiel, el único orador que se atrevió a subir a tribuna para fijar su postura personal y de la fracción del PRD, cuyo discurso comparto con ustedes omitiendo el primer párrafo de formalidades.

   Los votos en contra de la “reforma” fueron de Lolita Porras y el mencionado diputado Arce por el PRD, además de los diputados Gerardo Palomino Meraz (PAN) y J. Santos Rentería de la Cruz (independiente). Por cierto, al concluir la sesión, los asistentes no dejaron de gritar consignas contra los diputados, encarando uno de ellos a Águeda Galicia a quien le soltó a bocajarro algo así como: “te acaban de traicionar a tus correligionarios con la reforma laboral y lo vuelven hacer traicionando a la patria con la reforma al 24”. La diputada sólo atinó a agachar la cabeza.

   A continuación el discurso del diputado Arce:

«La eventual reforma al artículo 24 significaría una afrenta contra el Estado laico y la democracia, y es resultado de una presión de la jerarquía católica que actúa como poder fáctico. Tanto en el procedimiento que se ha seguido en los espacios legislativos como en otros propiciados por los legisladores o realizados de manera independiente, los argumentos de los opositores a dicho cambio no han podido ser refutados; decantándose por la imposición con base en el mayoriteo de las fuerzas hegemónicas en el Congreso de la Unión (PAN y PRI) donde la mayoría de los legisladores de estos grupos obedecen más a las consignas de sus jefes políticos que a las enseñanzas de la historia de México, donde la relación orgánica entre política y religión ha sido perniciosa, siendo un logro inconmensurable del gran Benito Juárez lograr la separación entre Iglesia y Estado,  quien a tono con las naciones más progresistas del momento, impulsaron la modernización de sus naciones defendiendo y fortaleciendo la vida política y el pensamiento laico.

 
   Laico no significa antirreligioso como han querido hacer ver algunos reaccionarios, sino que es una separación de la religión de los aspectos civiles del gobierno y una forma de salvaguardar el pluralismo religioso, evitando que haya una religión de Estado o una institución religiosa con privilegios excepcionales en detrimento de otras iglesias y grupos religiosos que con razón exigen un trato igualitario conforme el Estado de derecho. Por cierto, el referido trato privilegiado en los hechos ya existe contraviniendo los principios de equidad y las normas que nos rigen.

    Los argumentos de que los pro reformistas de que con mayor libertad religiosa hay más libertad para las convicciones éticas es absolutamente falsa porque en México no hay persecución religiosa ni tampoco han podido demostrar lo qué entienden por “conciencia” más allá de las ambigüedades, ni tampoco han logrado definir qué se debe entender por “convicciones éticas”, ni quién determina cuándo se dan éstas, deslizando además un peligroso elemento de censura para el pensamiento divergente. No hay en modo alguno una ampliación de las libertades de pensamiento como falsamente se ha propalado porque en México la Constitución ya garantiza dichas libertades.

    Lo que existe en el fondo es el interés atávico de grupos retardatarios por inmiscuirse en temas como la educación pública; claro, sólo desde la perspectiva de la religión dominante. Asimismo, se presta para que el mencionado poder fáctico intervenga autoritariamente en otros asuntos nodales como la cuestión de la interrupción del embarazo de donde tratan de imponer a los demás una visión particular de la cuestión; entre otros muchos efectos nocivos que para la vida democrática de la república pueden reintroducir los elementos religiosos en la vida política, donde no sólo la historia de México y de otras latitudes nos ponen en guardia, sino acontecimientos recientes como las atrocidades cometidas por fanáticos religiosos en Nueva Jerusalén, Michoacán, y en otros estados del Oriente que son abiertamente teocráticos, donde las violaciones a los derechos humanos  y el daño a la democracia está más que comprobado.

    Por lo anteriormente dicho, la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución  Democrática se opone tajantemente a reformar el artículo 24 de la Constitución de la República.

Es cuanto

Diputado Miguel Ángel Arce Montiel

Coordinador de la fracción parlamentaria del PRD

 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ricardo Luque - El Día Internacional de la Filosofía en Tepic


El Día Internacional de la Filosofía en la UAN

César Ricardo Luque Santana

 

Desde que se instituyó por la UNESCO el Día Internacional de la Filosofía (DIFIL) en el 2002 (http://www.olimon.org/difil2012/unesco-difil.pdf),  la comunidad de la todavía joven carrera de filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), ha celebrado desde le principio -o casi- este acontecimiento impulsando conferencias, mesas redondas, debates, talleres, presentaciones artísticas, entre otras actividades afines. Este festejo se realiza la tercer semana de noviembre de cada año tomando como referencia el nacimiento aproximado de Sócrates, un filósofo emblemático que nos enseñó que la filosofía no es sólo una determinada actividad intelectual, ni un modo peculiar de razonar, sino ante todo un modo de vida, y actualmente desde luego, una profesión.

  En esta ocasión se impulsaron 3 conferencias magistrales; 7 mesas de trabajo temáticas entre estudiantes donde la novedad fue la incorporación de estudiantes de filosofía de posgrado de la Universidad de Guadalajara (U de G) que presentaron ponencias junto con egresados y estudiantes avanzados de nuestra licenciatura en filosofía, lo cual dicho sea de paso, permitió darnos cuenta del buen nivel de nuestros estudiantes y egresados; un debate sobre el tema de la legalización de las drogas entre estudiantes del Área de Ciencias Sociales y Humanidades (ACSyH), 2 paneles de profesores (uno del sobre “La noción de paradigma y su impacto en las ciencias sociales” con profesores del Área y el otro con profesores del Programa Académico de Filosofía relatando sus experiencias de enseñanza en ámbitos distintos a la licenciatura en filosofía, particularmente en el bachillerato), 2 talleres abiertos al público en general (uno de “Piscopedagogía de la Filosofía” y otro de “Filosofía para Niños”), más un encuentro de egresados de la carrera de filosofía con empleadores. Todo esto durante 4 días intensos que coincidieron con la tercera edición de la feria del libro universitario “Gran Nayar” y otras actividades culturales y académicas desarrolladas en el ACSyH.

  Como en otras ocasiones que dado testimonio mediante relatos de estas jornadas, resulta imposible detallar cada actividad porque tendría que extenderme demasiado, por lo que me limitaré a trasmitirles algunas generalidades y me centraré más adelante en el segundo panel donde se abordó el tema de enseñar filosofía a los “no filósofos”. Me hubiera gustado sin embargo describir también el primer panel pero no pude verlo completo por atender otras tareas, y por lo tanto, carezco de la información necesaria para ello.

  Las actividades se iniciaron el miércoles 14 de noviembre por la tarde con las consabidas formalidades de toda inauguración donde asistieron las autoridades académicas universitarias así como profesores y estudiantes del Área. La temática giró en torno a los paradigmas en las ciencias sociales a partir del planteamiento que hizo el filósofo estadounidense Thomas Khun en su obra “La estructura de las revoluciones científicas”, misma que cumplió 50 años de haber salido a la luz. Para ello se dio una conferencia sobre esta obra como parte del inicio de actividades académicas.

  Cómo era de esperarse, se cuestionó la existencia de paradigmas en ciencias sociales retomando una añeja discusión sobre la cientificidad de éstas, pues la reflexión de Khun se dio en el ámbito de las ciencias naturales, particularmente en la física. En este punto, se presentó primero la mencionada conferencia donde se ofreció una descripción del contenido de la referida obra de Khun, se destacó su planteamiento de los paradigmas, se ahondó en su sentido original y posteriormente en el panel se polemizó su pertinencia en la ciencia política (Lic. Marco Alanez), la psicología (Mtro. William Puga) y las ciencias de la educación (Mtra. Karla Martínez), con la intervención de profesores de esas respectivas carreras del ACSyH. Luego de cada intervención se dio un debate entre dichos profesores donde también participó una representante de la licenciatura en filosofía (Dra. Yolanda Cadenas Gómez) y se culminó con la participación del público integrado por estudiantes y profesores de la mencionada Área. Luego, este mismo tópico se traslado a mesas específicas donde les estudiantes la abordaron en el ámbito de la filosofía principalmente. Esto se dio entre miércoles y jueves, mientras que el viernes por la mañana se tuvo una conferencia de filosofía del lenguaje con el maestro y estudiante de doctorado por la UNAM, Raúl Rodríguez Monsiváis (profesor-investigador de la U de G) con el tema: “Del yo metafísico al yo como signo”.

  Respecto al panel de enseñar filosofía a los “no filósofos” que se llevó a cabo el sábado 17 de noviembre por la mañana en el marco del encuentro de egresados de filosofía y empleadores, asistieron un grupo de docentes de los Centros de Bachillerato Tecnológicos Agropecuarios (CBTA) de diversos municipios de Nayarit, quienes desean recibir capacitación en las asignaturas filosóficas considerando que la mayoría de sus profesores que imparten asignaturas de filosofía, ética y lógica, tiene otros perfiles profesionales, de manera que quieren superar esas carencias para mejorar los perfiles de los profesores responsables de las mismas y evitar de ese modo que la pretensión de la reforma al bachillerato (la RIEMS) que intenta despojar a los estudiantes de estas disciplinas, tenga como pretexto justamente ese problema de los perfiles. El profesorado de la licenciatura en filosofía y en particular su coordinadora académica Cecilia Licea Ortega, externaron su apoyo irrestricto al mismo tiempo que la Coordinadora de Filosofía les agradeció que acudieran a su Universidad a buscar esos apoyos y que defendieran más allá de la cuestión de las plazas de algunos profesores, la pertinencia académica y social de mantener dichas asignaturas vigentes en su currículo.

  En cuanto al panel mencionado, la preocupación se centró en la problemática de la enseñanza de filosofía a estudiantes de bachillerato y de otras carreras universitarias que tienen un contacto ocasional con la filosofía, donde es habitual que muchos estudiantes tengan una actitud prejuiciada de rechazo a la misma, la cual suele ser “reforzada” por las carencias formativas de sus profesores. En este sentido, un grupo de compañeros profesores de la carrera de filosofía de la UAN  que en alguna etapa de su vida profesional han laborado en otros ámbitos escolares enseñando filosofía, compartieron sus experiencias tratando de sugerir por dónde se tendría que trabajar, qué actitudes podrían asumirse, qué estrategias convendrían, cómo superar la dificultad de los profesores en cuanto a sus limitaciones en contenidos o de tipo de didáctico, entre otras cuestiones.

  Primero intervino la joven profesora Alejandra Cruz quien sugirió partir de las propias vivencias de los jóvenes bachilleres, de evitar una enseñanza típica de la filosofía académica que se imparte a estudiantes de filosofía que en su mayoría tienen una predisposición favorable a la misma. Lo importante es poner el acento más en el enseñar a filosofar que en enseñar filosofía, como se hace en la estrategia de Filosofía para Niños (FpN) en la cual ella ha estado inmersa. También dijo que en su actividad docente con estudiantes universitarios del tronco básico (los de nuevo ingreso a las licenciaturas) donde se mezclan chicos que van a distintas carreras, trata de inculcarles el principio socrático de que una vida que no se examina a sí misma no vale la pena vivirla, con lo cual quiere que sus alumnos vean a la filosofía como un modo de vida ante todo, partiendo de que en cierto modo todos somos filósofos. Concluyó sugiriendo recurrir a la literatura y al cine como medios pertinentes para interesar a los jóvenes en el filosofar.

  Por su parte, Alejandra Arias, cuya formación es en la psicología y gran parte de su experiencia ha sido con niños en centros educativos, resaltó la importancia de recuperar la curiosidad innata de los niños para inducirlos a la filosofía, recordándonos que el asombro es el origen de ella como señalaron Platón y Aristóteles. Esta curiosidad se va perdiendo en el trayecto educativo porque predomina más la pedagogía de la respuesta que de la pregunta como dijera Paulo Freire y que los jóvenes tienen ahora muchos distractores mediáticos que han perjudicado el hábito de la lectura, punto en el que coincidió con Alejandra Cruz, concordando también con ella en que se debe utilizar los problemas prácticos de los jóvenes como disparadores de la reflexión filosófica en vez de meterlos de lleno en cuestiones teóricas muy academizadas.

   La maestra Tania Rodríguez dijo que la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? es muy recurrente entre este tipo de estudiantes y suele hacerse como una forma de renegar de ella. Su opinión es que se tiene que convencer a los estudiantes que la filosofía no tiene la utilidad de las ciencias particulares porque ella misma no es una ciencia sino que genera un conocimiento que permite tener una visión más amplia y más crítica. Asimismo, comparte con las maestras que le antecedieron que la sabiduría filosófica permite desarrollar una vida más auténtica en las personas porque les induce a confiar en sus capacidades para pensar por sí mismos. Para ello, hay que tener la actitud de atreverse a pensar como sugería Kant, pero también a volverse lectores asiduos, esto es, leer intensamente y comprender lo que leen, complementando este hábito con el de la escritura. Dijo que un profesor no debe imponer su preferencia filosófica sino propiciar el pensamiento libre. Señaló que los intentos de la reforma educativa (RIEMS) de quitar la enseñanza filosófica es una verdadera tragedia más allá de los legítimos intereses gremiales porque se veda la oportunidad de los jóvenes de ampliar su horizonte aprendiendo a cuestionar su realidad social.
 
  Para el maestro Ángel González, es importante subrayar la formación del profesor que enseña filosofía en el bachillerato porque existe una tendencia impulsada por las competencias educativas a soslayar los contenidos por la forma. Dijo que el conocimiento adecuado de los contenidos filosóficos y la formación didáctica son complementarios pero que el primer requisito para ser docente de filosofía es manejar a buen nivel los contenidos sin desdeñar los aspectos pedagógicos, porque tomados unilateralmente, son perjudiciales al propósito de educar. Sin embargo, un profesor formado en la filosofía, aunque carezca de una formación pedagógica, sabe que debe adaptar sus conocimientos a las circunstancias en las que se desempeña.

  Finalizó la ronda el maestro Isaías Hernández quien entre otras cosas dijo que habría que relativizar o matizar el concepto de “no filósofos” porque de algún modo todos somos filósofos en la medida en que todos tenemos preguntas vitales. Desde luego que las respuestas varían en profundidad dependiendo de los conocimientos filosóficos que se tengan.

  Por último, hubo un intercambio interesante entre los profesores del mencionado bachillerato tecnológico que en general giraron en torno a solicitar apoyo profesional para mejorar el perfil de sus profesores en las asignaturas filosóficas, sellándose un compromiso institucional entre ellos y la licenciatura en filosofía de la UAN.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Pronunciamiento del diputado Miguel Ángel Arce recordando a don Tino Ávila en su onceavo aniversario luctuoso



Con la anuencia de la Mesa Directiva
Compañeras Diputadas
Compañeros Diputados

 
El 11 de noviembre del año en curso se cumplen once años del fallecimiento de Justino Ávila Arce, quien fuera Diputado de la XXV Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Nayarit y Presidente de la Comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano; así como Presidente Municipal de Tepic a partir de 1999, aunque lamentablemente gobernó únicamente por 2 años, ya que la muerte lo sorprendió a sus 63 años de edad en el 2001.

 Conocido afectuosamente como Don Tino, fue un exitoso microempresario que se distinguió por su humanismo y eficacia, desarrollando una intensa actividad
social a través de organizaciones vinculadas a su condición de empresario, participando posteriormente en  la vida política partidista a través del PRD, al cual se afilió en 1996, luego de haber sido candidato externo a diputado por el distrito I.

 Don Tino se distinguió en su desempeño como diputado y luego como alcalde como un hombre austero y responsable que tomaba en serio el mandato popular. No era alguien que aprovechaba un cargo público para hacer dinero o futurismo político utilizando indebidamente los recursos públicos. Evitó el culto a la personalidad porque creía que el dinero de la gente debía ser usado en necesidades sociales urgentes e importantes y que lo demás se daba por añadidura, que los ciudadanos reconocería el trabajo a partir de los resultados y no de la mercadotecnia política, y tuvo razón en ello, pues aunque su muerte le impidió -para pesar de la sociedad- que capitalizara políticamente lo que había sembrado, conquistó el afecto sincero del pueblo logrando lo que pocos políticos pueden aspirar.

 Como presidente municipal, obtuvo resultados positivos de su desempeño destacando la solución al problema del agua mediante la construcción de los acuaféricos norte y sur haciendo que el SIAPA fuera una instancia eficiente y con finanzas sanas, entre otros logros, como las diversas obras de infraestructura en el centro de la capital nayarita, así como en colonias populares y zonas rurales, mejorando sustancialmente los servicios municipales superando las deficiencias administrativas y financieras heredadas.  Políticamente, don Tino trabajó en condiciones de relativa adversidad, como el hecho de no contar con una mayoría en el cabildo, demostrando que cuando hay vocación democrática e institucionalidad no se necesita tener una mayoría de incondicionales para gobernar en forma democrática y eficiente, así como otra serie de conflictos provocados artificialmente por quienes se vieron afectados en sus intereses espurios, incurriendo sin rubor en calumnias y ofensas, así como la normal pugna con adversarios políticos cuyas demandas fueron atendidas mostrando buena voluntad y apego irrestricto a la legalidad, defendiendo firmemente la autonomía municipal de injerencias indebidas.

 Don Tino es considerado por propios y extraños como uno de los mejores presidentes municipales que ha tenido Tepic en los últimos tiempos, pues se distinguió como alcalde por ser un hombre de trabajo, serio y austero; procurando siempre un acercamiento directo con la gente, sin demagogia, atendiendo a todos los que le solicitaron audiencia mediante  el programa de “Miércoles ciudadano”, acompañado de sus principales funcionarios quienes atendían al público en general y no sólo a quienes eran representativos de alguna institución u organización. Los informes cuatrimestrales fueron otra forma de rendir cuentas a la sociedad en forma transparente, con datos duros y objetivos, exponiéndose a la crítica de los representantes ciudadanos integrados en los Comités de Acción Ciudadana y de ciudadanos por su cuenta que podían opinar y cuestionar con absoluta libertad las acciones de sus autoridades, evitando triunfalismos y efectos mediáticos a través del maquillaje de cifras, medias verdades o mera propaganda.

 En este tenor, las demandas de grupos e individuos fueron atendidas por don Tino con sensibilidad y responsabilidad, sin crearles falsas expectativas, con voluntad de ayudar y de cumplir con sus compromisos de campaña y con sus obligaciones legales sin más restricciones que las que la misma ley le señalaba y de acuerdo a las posibilidades financieras de la institución, que por cierto dejó con finanzas sanas, revirtiendo la tendencia histórica de incremento de deuda publica que gobiernos posteriores han exacerbado de manera exponencial, poniendo en riesgo la viabilidad de la institución.

 Don Tino tuvo un trato respetuoso pero exigente con sus colaboradores y de diálogo franco y sin cortapisas con los regidores, haciendo del Cabildo un verdadero gobierno colegiado. Con los funcionarios mantuvo estrecha comunicación, supo delegarles funciones, respetar sus atribuciones legales, exigirles eficacia y honradez. Nunca humilló ni en público ni en privado a un colaborador y jamás confundió la amistad con la complacencia; exigía resultados pero no trató a sus subalternos en forma despótica, sino con respeto y camaradería. Con los regidores se comportó del mismo modo, haciéndoles ver que eran corresponsales del gobierno, dialogando intensamente con los coordinadores de cada fracción partidista anteponiendo siempre los intereses de la sociedad, sin incurrir en turbiedades ni arreglos vergonzantes.

 En fin, la figura de don Tino se acrecienta con el tiempo porque ante el descrédito de la política y los políticos, del deterioro del tejido social, de la crisis de seguridad, de la carga de una enorme deuda económica que asfixia a los Ayuntamientos, entre otros males sociales, su conducta seria, austera, imparcial  y responsable como gobernante, nos hace desear personajes como él para que se involucren en la vida social en responsabilidades públicas. Ojalá que la memoria de don Tino sea preservada para que las nuevas generaciones de ciudadanos sepan que hay gente positivamente diferente. Desde luego, no se trata de apostarle a un sujeto providencial (capaz y decente) que venga a salvarnos o a resolvernos nuestros problemas, sino a que la sociedad deje de ser una mayoría silenciosa para volverse protagonista de su propio destino a través de su participación informada, consciente y decidida, para que de ese modo, los individuos como don Tino, no sean una excepción deseable sino la regla, porque una ciudadanía con esas características, no sólo podrá elegir  a los mejores hombres y mujeres como sus representantes, sino podrá hacer valer el principio de mandar obedeciendo de manera que los “mandatarios”,  o mejor dicho “mandatados”, sean auténticos servidores del pueblo.

 Entendía que el gobierno municipal debía ejercerse en forma horizontal no sólo por ser el ámbito de gobierno más cercano a los ciudadanos, sino porque el propio gobierno municipal es de naturaleza colegiada. Por ello, cuando había un asunto delicado, nos convocaba a los regidores de cada partido y a un grupo de funcionarios cercanos a él y nos decía: “tenemos un problema”. Es decir, sometía las cosas más importantes a la consideración del equipo gobernante para entre todos encontrar las soluciones más pertinentes.

 Doy testimonio de su desempeño público en los puntos mencionados porque tuve la fortuna de ser miembro del XXXV Ayuntamiento de Tepic como regidor  compartiendo con él la gestión de un buen gobierno; pero también tuve la oportunidad de conocer al ser humano noble y generoso, que muchas veces transitaba a pie las calles del centro de Tepic sin “guaruras”, deteniéndose a saludar y a platicar con todos los que lo abordaban, yendo a reuniones de trabajo en su vehículo sin más compañía que su chofer, sin escoltas, ordenando que las obras terminadas se pusieran de inmediato en funcionamiento sin esperar a realizar inauguraciones porque no le gustaba presumir lo que era su obligación. Don Tino el político era tan auténtico como don Tino el hombre: no tenía dobleces; era un hombre de una sola pieza.
  En este contexto y en la medida del deterioro de las finanzas públicas de los gobiernos se profundizan, al mismo tiempo que algunos gobernantes continúan derrochando los escasos recursos con gastos superfluos en vez de impulsar medidas de austeridad y correctivos que frenen ese deterioro, irritando a los ciudadanos y a los trabajadores porque son ellos quien padecen inmediata y directamente las carencias presupuestales, en salarios y prestaciones por un lado y en obras y servicios por el otro, los gobernantes como don Tino se añoran.

 Habrá desde luego quienes minimicen los problemas y soslayen las frivolidades y derroches de algunos gobernantes porque aparentemente las necesidades más apremiantes se van cumpliendo. Empero, la verdad es que los recursos se van obteniendo mediante prácticas privatizadoras y un endeudamiento progresivo que gradualmente van minando los recursos financieros de las instituciones, comprometiendo sus presupuestos a un futuro que ya nos alcanzó, con las graves consecuencias que estas deficiencias tienen para la gobernabilidad democrática y para el cumplimiento de las obligaciones fundamentales que el Estado debe desarrollar, cargándole a los ciudadanos en su calidad de contribuyentes mayores erogaciones de sus recursos personales, no obstante el constante deterioro de los ingresos económicos de las familias y de la capacidad adquisitiva del salario, el cual mantiene una desventaja constante en relación con los precios de las mercancías.

 En este sentido, la figura de gobernantes como don Tino Ávila Arce sobresale volviéndose un referente de un gobernante responsable, austero, ético y eficaz, quien orientó todos sus esfuerzos y capacidades a servir a la ciudad y al municipio de Tepic anteponiendo sus intereses personales y partidistas a los intereses de todos los ciudadanos, sobreponiéndose a todo tipo de presiones legítimas e ilegítimas, dándole cauce a las primeras mostrando siempre voluntad para resolver los problemas de la población y rechazando firmemente las segundas;  cuidando con celo los recursos del pueblo siempre precarios comparados con sus necesidades existentes siempre en aumento, por lo que resulta pertinente hacer un reconocimiento a su manera de gobernar que en cierto modo establece un paradigma que conjuga democracia y eficiencia en estos tiempos de crisis de las instituciones, no sólo de recursos, sino de legitimidad democrática, señales visibles del llamado Estado fallido.


Es Cuanto.

sábado, 20 de octubre de 2012

Ricardo Luque - El papel de la historia en la política


El papel de la historia en la política

 César Ricardo Luque Santana

 
Las teorías políticas suelen fundamentarse y sistematizarse observando el ejercicio del poder a través la historia. Si uno revisa las grandes obras del pensamiento político encontrará que todas ellas abrevan de la historia, pues a través de ésta es cómo puede darse cuenta de cómo se ha ejercido el poder y la dominación de unos sobre otros. Así como en las ciencias naturales repiten sus experimentos para confirmar la validez de sus resultados, en la política se tiene que observar el pasado para identificar esas reiteraciones sacando lecciones de ellas, tanto en lo que respecta a la psicología de las masas como de los políticos, lo que permite a los conocedores de la historia aplicada a la política, predecir o prever comportamientos de la gente ante determinadas situaciones políticas. De este modo, quienes detentan el poder, saben como dominar a los subordinados, resumiéndose dicho dominio o hegemonía en la fórmula gramsciana de consenso + violencia. En efecto, para que un pueblo obedezca a sus gobernantes, o lo hace mediante consentimiento o se somete por la fuerza, utilizando el Estado ambos recursos, prevaleciendo a veces uno polo, a veces el otro. Por lo tanto, en la medida en que los que detentan el poder conozcan la historia, procurarán más la vía pacífica del consenso y utilizarán menos la violencia.

 Los ejemplos de esta simbiosis entre la historia y la política abundan. Recientemente, durante su gira por Europa, el presidente electo de México Enrique Peña Nieto, fue recibido con “inusitada” deferencia por el primer ministro de Francia. Al menos así lo reportó la prensa mexicana de acuerdo a comentarios de diplomáticos expertos en esos menesteres. Esta actitud zalamera y convenenciera del gobierno francés, viene precedida de las actitudes previas del priista en España y Alemania donde también sorprendió a sus anfitriones por su comportamiento de culo fácil, pues mientras al último “emperador” azteca –Cuauhtémoc- los conquistadores españoles le quemaron los pies para hacerlo confesar dónde tenía guardado sus tesoros sin poder doblegarlo, a Peña Nieto ni siquiera le alcanzaron a decir “mi alma” cuando ya se había bajado los calzones. Esta actitud entreguista me evocó una lectura que hice hace unas décadas de una obra titulada Exaltación de ineptitudes de Rafael Ruiz Harrell, en la cual escudriña el sistema político mexicano dominado por el PRI, exhibiendo con anécdotas bizarras la hipocresía, inmoralidad y corrupción de los políticos mexicanos de esa época, como el caso de una ocasión en que el entonces presidente de México Luis Echeverría visitó un estado del norte del país y sus anfitriones montaron una farsa para sacarle dinero.  Según el relato de Ruíz Harell, lo recibieron en una escuela pública cuyos directivos y autoridades políticas locales contrataron previamente a un experto de Hollywood en diseño de escenarios para que “envejeciera” artificialmente el edificio para justificar un apoyo económico, entre otras transas y tonterías, como la de un alcalde de un pueblito rabón donde apenas había unos cuantos carros, pero no obstante eso, el edil construyó un periférico que los locales llamaban “burroférico”, porque sólo circulaban asnos. Ahí cuenta también de como a un presidente mexicano (no recuerdo si José López Portillo o Miguel de la Madrid), se le hizo en Francia una recepción protocolariamente exagerada (alfombra roja, condecoraciones y adulaciones de por medio), con la intención de que favoreciera ciertas inversiones de empresarios franceses en México. Lástima que no tengo el libro a la mano para dar detalles de esta anécdota, pero como Marx  dijera (complementando a Hegel) en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, “la historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa”.

 En El príncipe de Maquiavelo, las citas que recurren a la historia para ilustrar la manera de cómo se ha conquistado y ejercido el poder son abundantes, particularmente de la historia romana que desde luego era la más cercana a él. De ahí desprende varias enseñanzas válidas sobre el comportamiento político de la gente en determinadas situaciones, dando lugar a una psicología política tanto de las masas como los políticos, y por ende, la posibilidad de prever su conducta en situaciones semejantes. Con base en esas observaciones, Maquiavelo llega la conclusión de que en política “el fin justifica los medios”, principio que algunos ignaros lo toman como sugerencia suya a los políticos, dando lugar al mote despectivo de “maquiavélico” para quienes en política utilizan métodos truculentos, mostrando con esta noción, en el “mejor” de los casos, un desconocimiento de su pensamiento político, y en el peor, cometiendo una injusticia sobre el florentino. Para quienes no tienen claro este asunto, les recomiendo que lean El Príncipe de Maquiavelo y lo comparen con el Breviario de los políticos de Julio Mazarino (s. XVII), un manual de perversidades orientado a los políticos taimados, corruptos y sinvergüenzas, aunque este opúsculo se publicó póstumamente porque el tenebroso obispo lo elaboró para su uso personal. Dicho sea de paso, también en esta obra hay referencias a hechos históricos donde el poder se muestra tal cual.

 Podría seguir evocando e invocando obras políticas que demuestran palmariamente la importancia suprema de la historia en la formación política, al margen de los usos que cada quien quiera darle. Incluso en obras aparentemente más alejadas del tema se pueden encontrar referencias antiguas que son todavía vigentes, como en Erasmo de Rotterdam en Elogio de la locura, donde hay pasajes del libro que hablan de fraudes electorales y de políticos demagogos, cuando ni siquiera había democracia ni formaba parte de sus preocupaciones, como de hecho se puede constatar en el ideario político del liberalismo ilustrado  de los pensadores de los siglos XVIII y XIX donde el concepto de democracia está completamente ausente. Si uno presentara esos extractos sin referir el autor ni la época, cualquiera creería que está hablando de México en el siglo XXI, siendo que Erasmo fue del siglo XV.

 Una obra que seguramente sorprenderá a los lectores por su actualidad en nuestro entorno mexicano, es un opúsculo del francés Étiene de La Boétie, del siglo XVI, quien a sus 18 años de edad escribió su única obra titulada: Discurso sobre la servidumbre voluntaria, una obra visionaria que alimentaría El Contrato Social de Rousseau en el asunto de la soberanía popular y que fundamentaría la estrategia de desobediencia civil como una forma legítima, legal y pacífica de oponerse al poder autoritario. En dicha obra también salen a relucir ejemplos que manipulación política que dejan claro que al respecto no hay nada nuevo bajo el sol, excepto que las prácticas y mecanismos de hoy en día para embaucar a la gente se han adecuado a los avances tecnológicos. Para ilustrar esto pongo dos ejemplos que nos ofrece de La Boétie: uno de ellos nos habla de cómo un rey antiguo, Ciro (de Persia, siglo VI a. C.) controló a una colonia griega en rebeldía (Lidia del Rey Creso) sin usar la violencia. Cuando le informaron que los lidios de la ciudad de Sardes se había rebelado y no queriendo destruir esa ciudad que le gustaba, ni mandar un ejército de ocupación que implicaba mucho gasto, les puso cantinas, burdeles y casinos, obligando por decreto a sus habitantes a acudir a ellas. De ahí viene la palabra “lúdico”. Como puede verse, este estratagema se ha usado repetidas veces en otras ocasiones y latitudes, como por ejemplo, el uso del opio de los ingleses para adormecer  a los chinos y ahora la televisión como el distractor sucedáneo más relevante. Otro ejemplo que nos da es cuando un rey reparte trigo entre unos aldeanos (a manera de despensas) y los campesinos se desgañitaban gritando loas al rey. No saben –dice de La Boétie- que solo les repartió migajas de lo mucho que les ha robado. Cualquier parecido con las entregas de despensas y su cacareo propagandístico o las “cenas gratis” en el bodrio llamado popularmente “parque del sombrero” -por la forma de sombrero que tiene su techo- mismo que se construyó así para satisfacer el ego del actual gobernador de Nayarit, quien aunque ha “renegado” de los gastos de imagen de su antecesor, empieza a exhibir ad nauseam sus mismos comportamientos, con el añadido de que sus declaraciones políticas lo hacen ver como un sujeto obcecado y pendenciero, en vez de conducirse como un gobernante mesurado y conciliador. Si tuviera conciencia del significado de su manida y simplona frase “haciendo historia en el presente”, no apoyaría de manera fanática y facciosa la construcción de la presa Tres Cruces, cuyas consecuencias para el ecosistema de la región y para la economía de los pobladores de los márgenes del Rio San Pedro serán funestas, a decir de los investigadores científicos.

 Volviendo al tema me pregunto si los políticos actuales tienen consciencia de que repiten marrullerías que en algunos casos son de origen remoto, o lo hacen por mera intuición, como si existiera una especie de estructura mental en los demagogos para engañar a los incautos. ¿Será coincidencia o algo deliberado?, no lo sé, lo cierto es que hay un reportorio tan vasto de artimañas que se podrían escribir muchas páginas estableciendo los paralelismos o las copias entre ellas. En la película de Calzonzín Inspector de Alfonso Arau (inspirada en el personaje del caricaturista Rius), hay un episodio donde el cacique del pueblo y presidente municipal vitalicio, don Perpetúo del Rosal (en el nombre lleva la fama), inaugura un hospital de utilería para “engañar” al “inspector” Calzonzín, y de ahí se va a inaugurar otra obra en la cárcel (o al revés), y en lo que se traslada de un lugar a otro, desarman todo para volverlo a armar de nuevo en otro lado. Hasta los paleros (comparsas) que se prestan a representar papeles como enfermos, presos y personal, eran los mismos. Se dice que nuestros últimos dos gobernadores en Nayarit han hecho cosas parecidas, es decir, han inaugurado hospitales públicos exhibiendo una impresionante tecnología, pero después de la foto los han desmantelado. Esto tipo de simulaciones con fines meramente propagandísticos tampoco son nuevos sino que los hacía el Zar Nicolás I de Rusia, según nos narra Ruíz Harrell en el libro referido. Aníbal Ponce en su obra Educación y lucha de clases nos cuenta algo parecido respecto al Faraón de Egipto, quien para impresionar a sus súbditos y reforzar la creencia de ellos en su estirpe “divina”, reunía al pueblo para que atestiguaran la crecida del Rio Nilo. El Faraón arrojaba unas “instrucciones” escritas al río “ordenándole” crecer y… ¡oh milagro!, el río “obediente” empezaba a crecer. Lo que la gente no sabía es que los agrimensores egipcios le habían informado al Faraón del momento exacto en que ello ocurriría. (Ver pp., 20-21, en Editorial Cartago, disponible en Internet)

 La conclusión es que la historia –como decía Cicerón- es maestra de la vida, y por ende, los políticos, los politólogos y los ciudadanos deberíamos de aprender de ella. No es extraño que los neoliberales en el poder hayan hecho esfuerzos por extirpar la historia de los pueblos para borrar su identidad y sus raíces, o la hayan distorsionado con el pretexto de “desmitificar” las versiones oficiales (del otrora nacionalismo revolucionario), pero en vez de restablecer la verdad han incurrido en nuevas falsificaciones a fin de quitarle al pueblo referentes válidos de sucesos y personajes que nos llenan de orgullo. Los historiadores de derechas como Armando Fuentes Aguirre “Catón”, Manuel Villalpando (asesor de Felipe Calderón), Juan Miguel Zunzunegui y Macario Schettino entre otros, a quienes el historiador Pedro Salmerón Sanginés ha exhibido duramente en su columna “Falsificadores de la historia” publicada en La Jornada, ha demostrado que detrás de la aparente “objetividad” de dichos historiadores, se esconden propósitos de vendettas y revanchismo político que son lo que realmente los animan a “revisar” la historia de México para acomodarla a sus aviesos propósitos, y desde luego, la intención propia de los tinterillos neoliberales de hacer tabula rasa del pasado o provocar que la gente se avergüence del mismo, es para desarmar a los pueblos de su memoria histórica y que no vean que el saqueo actual es una continuación del saqueo y vasallaje de otras épocas, mismos que encontraron resistencia popular y generaron movimientos sociales en defensa de la patria. Esta tendencia de la reacción a empañar la historia de México la denuncié en mi artículo “Los bemoles del Bicentenario” que escribí el 20 de marzo de 2010 en mi blog “Hetairos” (Ver http://hetairosfilosofia.blogspot.com/)

 Ahora sí, por último, Marx nos decía en La ideología alemana que “las ideas dominantes son las de la clase dominante” y mediante su teoría de la enajenación explicaba este hecho, aunque los métodos y estrategias de manipulación para mantener esa enajenación se han ido afinando y sofisticando gracias al desarrollo de los medios masivos de comunicación, en particular la televisión. Las estrategias mediatizadoras de “pan y circo” romano o la aplicación del garrote como recurso de última instancia para mantener a raya a la plebe, aunque son en esencia las mismas, se han ido adaptando a las circunstancias de cada época. Hoy en día se pueden conocer las estrategias de manipulación de la opinión pública del neoliberalismo para imponer sus políticas depredadoras y colonialistas recurriendo a reflexiones como Las 10 estrategias de manipulación mediática de Noam Chomsky (http://www.mitosyfraudes.org/Polit/chomsky.html) y a las investigaciones de Naomi Klein, cuyo documental sobre la Doctrina del shock se puede consultar por Internet en http://www.youtube.com/watch?v=gP591bZNc0I. Respecto al primero, también pueden verse mi artículo en mi blog “Hetairos” (05/12/10).

lunes, 1 de octubre de 2012

Ricardo Luque - Nuestra deuda con la lucha del movimiento del 68


Nuestra deuda con la lucha del movimiento del 68

César Ricardo Luque Santana

 
La historia de México nos refiere la vocación y tradición de lucha del pueblo mexicano, desde sus orígenes que nos llevaron primero a la independencia de la corona española, luego a la reforma liberal con Benito Juárez (separación de la Iglesia y el Estado mediante el laicismo) en pugna con las fuerzas conservadoras, hasta la revolución mexicana de principios del siglo XX propiciada por la enorme injusticia social y el autoritarismo asfixiante del régimen porfirista. Posterior a la revolución, se multiplicaron los movimientos reivindicatorios de obreros, campesinos, estudiantes y profesionistas, siendo el movimiento estudiantil de 1968 uno de los más emblemáticos del México moderno y posrevolucionario, mismo que constituyó un antes y un después de nuestra nación, pues fue determinante para obligar al régimen autoritario de entonces -signado por la hegemonía de un “partido de Estado” que ejercía el monopolio de la política mediante un férreo control corporativista, mediático y represivo de los trabajadores y ciudadanos, que en la práctica suprimía la disidencia auténtica mediante una oposición simulada o la reducía a una presencia testimonial- a aceptar cambios políticos que darían cauce al pluralismo que exigía la sociedad. Por cierto, los cambios que se darían para transitar a dicho  pluralismo no fueron inmediatos ni una concesión gratuita; del mismo modo que la apertura del régimen tampoco significó una auténtica conversión democrática de quienes detentaban autoritariamente el poder político. Por desgracia, quienes a la postre se beneficiaron con el relevo democrático, no estuvieron a la altura de las luchas que las organizaciones sociales y los ciudadanos impulsaron pagando un alto precio por ello.

 Sin un afán de hacer una recapitulación de los hechos que dieron origen al movimiento del 68 y a las etapas del mismo que tuvieron un trágico desenlace mediante una masacre de gente pacífica e indefensa y cuyos culpables quedaron impunes; y sin pretender tampoco traer a colación explicaciones académicas del mismo, no porque no sean necesarias y pertinentes, sino porque por un lado, es una de las luchas que más pervive en la memoria popular, y porque por otro lado, se asume que en general existe un consenso sobre el mismo visto en su totalidad, gracias a la perspectiva que la distancia en el tiempo nos da sobre esos sucesos, sin que eso signifique que no haya aún opiniones encontradas al respecto. Empero, lo importante por ahora es subrayar la deuda que como demócratas tenemos con la gesta que los jóvenes universitarios de esa época hicieron para que las futuras generaciones gozaran de un país más libre, justo y democrático.

 Los cambios que se han logrado a partir de la lucha de los jóvenes de hace 44 años, no han sido honrados del todo porque la alternancia en el poder que se supone debían darse mediante procesos electorales equitativos y autoridades imparciales, el pluralismo concomitante a dicha alternancia, así como el supuesto fortalecimiento de la división de poderes de nuestra democracia republicana, han dejado mucho que desear por los sesgos y distorsiones que se han venido suscitando, avanzando solamente en las reglas formales del juego democrático, paralelamente a un retroceso en las condiciones de vida de los ciudadanos comparativamente con esa época. En este tenor, la corrupción no sólo no se ha podido superar sino que ha empeorado con las privatizaciones que las políticas neoliberales ha instrumentado llegado al colmo de legalizarla, todo en detrimento de los contribuyentes, de la viabilidad de la convivencia social y desdibujando asimismo nuestra identidad nacional socavada por la globalización capitalista donde todo lo sólido se desvanece al punto de que el mercado se ha puesto  por encima de cualquier cosa por sagrada que sea, llegando al extremo de hacer inconciliable la democracia con el mercado en perjuicio del primero.

 El conservadurismo instalado en el poder los últimos 30 años, ha sacrificado los principios por los que lucharon mexicanos de todas las épocas y en particular los jóvenes del 68 que pagaron con sus vidas sus anhelos de construir un país más independiente, democrático y justo. Sin embargo, eso no significa que su legado y su sacrificio hayan sido en vano porque éste se ha mantenido vivo en todas las luchas posteriores a ellos hasta la actualidad, siendo tal vez la emergencia del movimiento #YoSoy132 su expresión más acabada. Hoy como ayer, los estudiantes y los trabajadores de nuestro país, acompañados de los mejores intelectuales, artistas, académicos y científicos del país, siguen pugnando por un cambio verdadero sin amedrentarse por los obstáculos y sin perder la esperanza de que un mundo mejor sea posible pese a los descalabros obtenidos y las dificultades de los retos.

 En este tenor resulta estimulante recordar y retomar los pensamientos y testimonio de los luchadores de esa época y la actual, mismos que revelan el espíritu indomable del pueblo mexicano es su afán de defender su patria mediante la defensa de los intereses populares, los cuales han sido afectados gradual y descaradamente por los grupos conservadores dominantes que como en la colonia, la reforma y la revolución, han estado en contra de los intereses populares aunque siempre han terminado vencidos por la voluntad inquebrantable de nuestro pueblo y las fuerzas progresistas.

 Las nuevas generaciones han mostrado un interés genuino por lo ocurrido el 2 de octubre de 1968 donde no obstante la opacidad del gobierno de esa época y los posteriores que nos impiden saber con certeza cuántos muertos realmente hubo y quiénes fueron, y desde luego el encubrimiento de los asesinos, existen muchos testimonios independientes de los actores, periodistas y personalidades de la cultura que vivieron de cerca el movimiento quienes a través de libros, documentales y otros medios, así como de investigaciones académicas posteriores, nos han permitido reconstruir esos dolorosos pasajes de nuestra historia para tener un conocimiento de la verdad histórica y extraer de ellos sus múltiples y profundos significados.

  El conocimiento crítico de nuestra historia remota y reciente, particularmente del movimiento de 1968 que en esta ocasión nos convoca a esta reflexión, me deja en lo personal un compromiso a continuar la lucha más allá de un mero acto de remembranza que por otra parte es obligado, pero  limitarse a evocar esos trágicos sucesos de la noche de Tlatelolco de 2 de octubre de 1968 sin sacar las enseñanzas y compromisos derivados del mismo, sería incurrir en un ritual vacío con la falsa percepción de mirar el pasado como si fuera un suceso superado por el tiempo y no como una lección de vida y una cuenta pendiente por saldar.

martes, 25 de septiembre de 2012

Ricardo Luque - La desaparición de las Teleprepas


La desaparición de las Teleprepas.

César Ricardo Luque Santana
 

 
Después de varios amagos del “gobierno de la gente” para desparecer el subsistema de telepreparatorias, finalmente se hizo oficial la intención de sustituirlo por otro subsistema de educación a distancia conocido como EMSAD (Educación Media Superior a Distancia), pasando del dominio del gobierno del estado al gobierno federal, lo que implicará de entrada un perjuicio irreparable a los derechos de los profesores de las todavía Teleprepas, quienes en este momento están construyendo un sindicato para defender sus derechos, mismo que se empezó a fraguar como una respuesta a sus difíciles condiciones laborales, sujetas a la discrecionalidad y unilateralidad del gobierno estatal quienes han venido dilatando las contrataciones y los pagos del personal, al mismo tiempo que los envían arbitrariamente a sus lugares de trabajo sin considerar experiencia, edades, arraigo, derechos, etc. Por ello, como sucedió hace unos pocos meses, los profesores de las Teleprepas acompañados de sus alumnos y los padres de éstos, salieron de nuevo a las calles a protestar pidiendo certidumbre a maestros y estudiantes, entre otras demandas que presuntamente les afectarán de un modo u otro. Al mismo tiempo, en la tribuna de la Cámara de Diputados, el legislador perredista y luchador social Miguel Ángel Arce Montiel, realizó un pronunciamiento del cual me permito destacar algunos puntos.

  En primer lugar hizo una descripción somera pero concreta de los alcances de este servicio educativo que se presta a jóvenes de 80 comunidades rurales que en total suman alrededor de 6 mil alumnos. Su desaparición podría perjudicar a miles de jóvenes que por sus precarias condiciones sociales no pueden salir a una cabecera municipal a estudiar, lo que significaría cancelar sus posibilidades de mejorar sus condiciones de vida a través del estudio, ensanchando y enriqueciendo sus conceptos de la vida transformándolos en mejores ciudadanos, alejándolos al mismo tiempo de las malas influencias que pudieran convertirlos en carne de cañón de las bandas de delincuentes. Asimismo, plantea su preocupación por la conculcación de los derechos laborales de los trabajadores de este subsistema que de por sí se encuentran en una situación vulnerable ante la carencia de un sindicato registrado que defienda sus derechos y logre una relación contractual (contrato colectivo) con las autoridades más justa.

Acto seguido hizo un reconocimiento tanto de los estudiantes de Teleprepas como de sus maestros. De los primeros dijo que muchos de ellos realizan enormes esfuerzos por estudiar ya que muchos de ellos deben hacer compatible sus estudios con labores del campo, además de que muchos otros tienen que desplazarse varios kilómetros a sus centros escolares; mientras que los profesores tienen que quedarse en sus comunidades que suelen estar muy alejadas de la ciudad capital de dónde proceden la mayoría de ellos, lo cual le agrega un plus a su trabajo porque se involucran en la vida de sus comunidades convirtiéndose en gestores, consejeros y amigos de los pobladores. Todo esto sin contar que cada profesor de Teleprepas hace la labor de al menos 4 ó 5 maestros, pues prácticamente entre unos cuantos imparten todas las asignaturas de los tres grados escolares. Estos sacrificios de los profesores de Teleprepas le evocan al legislador la mística o apostolado de los profesores rurales de la época cardenista.

 Refiere el diputado Arce que la pretensión del secretario de SEPEN Marco Antonio Ledesma González de desaparecer el subsistema de Telepreparatorias y emigrarlo al EMSAD, provocará de entrada un daño a la economía de los papás de los estudiantes que tendrán que pagar una inscripción anual más cara que la que vienen pagando (de 50 pesos a mil pesos), lo cual en familias pobres como lo son muchas de ellas, representa un fuerte impacto económico, lo que podría provocar que muchos de ellos decidan no enviar a sus hijos a la escuela.  Los profesores por su parte -como ya lo mencionó- se verán disminuidos en sus derechos porque se haría borrón y cuenta nueva con su antigüedad, además de que muchos corren el riesgo de no ser (re)contratados al ser sometidos a un “examen de oposición” que hace tabula rasa de la formación académica de estos docentes (muchos con grado de maestría) y de su experiencia laboral que en algunos casos rebasa los 6 años de vida de este subsistema, es decir, hay profesores que cuentan con una amplia experiencia docente y profesional que pueden ser retirados por razones ajenas a sus capacidades con la aplicación de dicho examen que puede ser adoptado como una coartada. Este temor existe entre muchos profesores de las Teleprepas que unidos han venido luchando por sus derechos. Desde luego que aunque todos ellos han cerrado filas en torno a sus dirigentes, éstos como cabezas visibles del movimiento se hayan más expuesto a represalias, de ahí que el diputado Arce subraye que las autoridades deben evitar vendettas contra ellos, pues no han hecho otra cosa que defender sus intereses y las de sus educandos amparados en las leyes mismas, principalmente la Constitución Política Mexicana que ampara nuestros derechos individuales y sociales.
 
En conclusión, el legislador Arce Montiel  hace una llamado claro y firme a las autoridades educativas del gobierno del Estado a tener sensibilidad en este caso, a respetar los derechos logrados por los trabajadores, actuar con justicia e imparcialidad, pero sobre todo, los conmina a apoyar al subsistema de Teleprepas que da una amplia cobertura educativa a miles de jóvenes de la zona rural a un bajo costo.